En el amplio mundo de las posibilidades, la respuesta corta es Sí, pero honestamente preferiría citar a una profesora de maestría que tuve y decir, «todo depende».

Para muchas personas el aprender coreano proviene del profundo gusto por los k-dramas, el k-pop, por el deseo de estudiar en el exterior y/o a veces por amor. Mi caso es el último, por amor, pero no por amor romántico sino por el inmenso amor y admiración que le tengo a mi padre, con quien sueño poder algún día tener una conversación en su idioma nativo.

Mi padre nació en Muju, Corea del Sur, emigró al continente americano hace 57 años buscando oportunidades. Dentro de esa increíble odisea formó un hogar con una esposa colombiana y tuvieron 3 hijos. Cuando yo crecía no existía el boom de hoy en día de las escuelas coreanas, y muchísimo menos las opciones en línea. Y mi padre, poco estaba en casa ya que dedicó su vida a abrir mercado para compañías coreanas en Latinoamérica por lo que enseñarnos se limitó a 안녕하세요 (saludo), 빨리 먹어 (come rápido) e 이리 와(ven).

Debido a las limitaciones económicas, mi primer viaje a conocer la tierra que vio nacer a mi padre fue a mis 44 años. Conocer -aunque ya muy diferente- dónde creció y vivió fue mágico y muy emotivo para mí, y fue en ese momento en el que el sueño de estudiar coreano se forjó.

Hay muchas ofertas, y no todas son iguales. Tuve dos profesores nativos, una con un grupo tan grande que nunca había espacios para corregir pronunciación o aclarar dudas. Otro que aunque las clases eran pequeñas su curriculum era limitado, su oferta en línea está dirigida sobre todo a personas que empiezan y abandonan prontamente el estudio. Y luego está Haru Academy, como dicen pequeña pero poderosa.

Yo me estaba quemando porque quería hacerlo rápido, hasta que me di cuenta que estaba cojeando en mi camino a la meta. Cuando por fin entendí la frase “no es el destino, es el camino”, empecé a disfrutarlo más. A reconocer cuánto he aprendido en casi 8 meses y sentirme orgullosa del proceso. En que cuando siento ansiedad al compararme con otros, necesito respirar profundo y recordar que este camino es mío.

Sea cual sea el motivo que tienes para aprender coreano, te invito a conectarte con tu motivación y a caminar de su mano, es ella quien te dará el empujoncito cuando necesites una porrista. Y a saborear el momento, así podrás disfrutar de una formación integral en la lengua y la cultura, y tu progreso será más parejo.

El hacer a tu yo del futuro orgulloso de este camino depende de ti.