Me enamoré en primavera
Hola todos, soy
Michele Karl
Crecí entre Panamá y Colombia por lo cual nunca experimenté estaciones como se ven en las películas, sólo tenía referencia de ellas por los calendarios coreanos que colgaban cotidianamente alrededor de nuestra casa y la oficina de mis padres.
Crecí entre Panamá y Colombia por lo cual nunca experimenté estaciones como se ven en las películas, sólo tenía referencia de ellas por los calendarios coreanos que colgaban cotidianamente alrededor de nuestra casa y la oficina de mis padres.
Si has vivido o sabes de estos países, es posible que sepas que tenemos temporadas de lluvia y de sequía. Las flores que hablan de la llegada de la primavera florecen todo el año, y la nieve sólo habita perpetuamente en nevados (4.800 a 5.330 msnm).
Cerca a la fecha del viaje, todos los calendarios marcaban que el florecimiento sería o antes o después de, pero los dioses de la buena suerte sintieron compasión y uff, Corea hizo que como en las caricaturas de mi época, mi quijada se fuera al suelo al sorprenderme con cielos azules, cerezos, campos de azaleas, flores de canola, y hasta Nieve. Todo en el espacio de una semana y media.
Si bien las flores nacen silvestres por doquier, Corea del Sur ha hecho un esfuerzo consciente por plantarlas en calzadas, separadores y parques. Lo que se alinea a la perfección con el gusto de los habitantes urbanos de disfrutar los espacios al aire libre y del clima cálido y refrescante de la primavera.
El sitio que MÁS me gustó fue Jindallae Dongsan (진달래 동산), un lugar hermoso, vibrante, inundado de sonrisas, donde las amistades intercambian historias por carcajadas mientras saborean rollitos de Kimbab (김밥). Por esa época del año, gozaba de una suave brisa hacía que los pétalos de las flores de cerezo cayeran como copos de nieve.
Si bien las flores nacen silvestres por doquier, Corea del Sur ha hecho un esfuerzo consciente por plantarlas en calzadas, separadores y parques. Lo que se alinea a la perfección con el gusto de los habitantes urbanos de disfrutar los espacios al aire libre y del clima cálido y refrescante de la primavera.
El sitio que MÁS me gustó fue Jindallae Dongsan (진달래 동산), un lugar hermoso, vibrante, inundado de sonrisas, donde las amistades intercambian historias por carcajadas mientras saborean rollitos de Kimbab (김밥). Por esa época del año, gozaba de una suave brisa hacía que los pétalos de las flores de cerezo cayeran como copos de nieve.de de ti.
Anteriormente mencioné que Corea me regaló nieve en esta visita, y no fueron los pétalos, fue literal. Un día frío, de esos que pocos conocemos cercanos a la línea ecuatorial, sin aviso nevó. Le dicen en Argentina agua-nieve, esa que al tocar el suelo se hace agua; y mientras caía solo escuchaba sorpresa en las voces diciendo 와!
Me enamoré de la primavera, me enamoré del concepto único que es Corea en primavera. La tranquilidad de dejar tus pertenencias y correr tras tus infantes bajo los cerezos, del volumen en el que el silencio habla en la montaña, y exquisitas fragancias viajan con el viento. Del respeto por los otros y por el medio ambiente.
También pude entender porqué para muchas personas de la generación de mi padre, la primavera era importante. Después del arduo frío del invierno por fin podrían volver a salir libremente, volver a tener comida, que en invierno era escasa, reunirse con familiares y alimentar el alma con amor.
Espero que algún día la vida te sonría y te regale una primavera en Corea.

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